e trata de Pueblo Nuevo/ en Muestra 20 años, un trabajo en retrospectiva en el que se expondrá una serie de obras colectivas realizadas en el centro Educativo Terapéutico Pueblo Nuevo. También puede verse Bordadoras, el trabajo de las bordadoras del Museo que desde 2016 se encuentran en el museo en un trabajo de creación colectiva.

[Pueblo Nuevo, en muestra 20 años] La Fundación Educativa y Cultural Pueblo Nuevo es un Centro Educativo Terapéutico, que propone un espacio de atención y formación para adolescentes, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual. El eje de la propuesta es brindar una formación humana integral, en donde lo fundamental son las experiencias de vida concretas que se le puedan brindar a los asistentes al Centro. A través del aprendizaje de los diferentes contenidos de la plástica, se busca desarrollar el potencial expresivo-creativo que cada uno tiene. La muestra recoge el trabajo artístico de los últimos 20 años realizados por los alumnos de la fundación en las que se podrán ver dibujos, esculturas, instalaciones e intervenciones. La apertura de la muestra será guiada por dos personajes que llevarán al público por las distintas intervenciones performáticas, hasta llegar al espacio de la Muestra Plástica.

Sobre el trabajo en Pueblo Nuevo

Una de las características del abordaje de los procesos de creación en la Fundación, consiste en elegir un tema como disparador y trabajarlo interdisciplinariamente; produciendo un evento artístico colectivo, llamado Patios Culturales. Dentro del lenguaje de las Artes Visuales, se trabaja con diversas técnicas y conceptos. El color, la forma y las texturas son parte de los contenidos formales que se abordan y a partir de diferentes técnicas y actividades, se desarrollan la búsqueda, proceso y realización de las obras. Técnicas mixtas, dibujo, pintura, collage, escultura y aquellas que surjan como necesidad según el proyecto. El trabajo que se realiza intenta potenciar todas las individualidades haciendo foco en las necesidades y capacidades particulares, para poder conjugarlas en un trabajo colectivo, a veces traducido en obras y otras en función a lo que requiera la producción total. En algunos casos el producto artístico colectivo pasa a ser vestuario, maquillaje, utilería o escenografía de una puesta en escena.

[Bordadoras en el Museo] El grupo Bordadoras en el Museo exhibe Puntos Suspendidos, una muestra de bordado que el grupo desarrollo durante todo 2019. La muestra toma la palabra como centro de reflexión para la conexión de los bordados. En marzo de 2019 Bordadoras participó del Festival de la Palabra para Congreso Internacional de la Lengua. Fue así como la palabra se convirtió en el centro de sus producciones. A través de lecturas y debates construyeron los bordados a partir de sus significados. La reflexión sobre la palabra fue un ejercicio que se pensó vinculado al poder simbólico y metafórico de las imágenes. A partir de allí el bordado se convirtió en discurso.

Sobre bordadoras

Desde 2016 bordadoras del Museo ocuparon los espacios del Museo Evita Palacio Ferreyra. La iniciativa que forma parte del proyecto Vaivén, refleja el arte como estado de encuentro y acude a una construcción que refleja esos preceptos y consignas. El arte no es solo el resultado de un proceso sino el proceso en sí mismo, la dinámica del encuentro. En el grupo de bordadoras participan mujeres de diferentes generaciones y diferentes ocupaciones: artistas, amas de casa, artesanas, profesionales y estudiantes, quienes se reunieron en el Museo Evita como parte de los proyectos de extensión para dar forma y contenido a sus obras.

Durante todos los encuentros, sábado a sábado, el grupo de mujeres en ronda fueron ocupando, como las antiguas habitantes de la casa, las diferentes habitaciones, hoy convertidas en salas abiertas al público. El acto de habitar nuevamente el espacio también borraba las fronteras culturales que separaron alguna vez a las mujeres de otros ámbitos. Durante el proceso, las mujeres ocuparon las habitaciones que alguna vez fueron concedidas solo a los hombres, habitaciones que solo eran vedadas para la servidumbre o habitaciones que únicamente habitaban los dueños de casa. También la forma construida desde la estructura sumó al sentido del proyecto: la resignificación de espacios y saberes, la construcción y deconstrucción de ideas acerca de las instituciones, el pulsar y el ritmo entre contracción y expansión hasta llegar a la obra y al encuentro, que en este caso son parte de una misma cosa.

La conjunción y afianciamiento del grupo, permitió también que el encuentro profundizara en temáticas en común, surgidas de esas tardes de encuentro y de diálogo. De esa intimidad compartida las mujeres bordaron sobre la soledad, sobre el encuentro, sobre temáticas de género que atraviesan sus vidas de forma transversal. Esas obras fueron traducidas luego en muestras colectivas, exhibidas en el Museo Evita Palacio Ferreyra y la galería de arte de la Casa de Córdoba de Buenos Aires. De la primera muestra, “La Soledad y su contrapunto”, también se editó un catálogo que recopila experiencias y testimonios de todo el proceso. Un proceso entendido como obra y que subraya ese encuentro como una de las formas del arte.