Los sábados 26 de noviembre, el Museo Histórico Nacional se convierten en laboratorios de experimentación artística.
Grandes figuras del diseño gráfico proyectan cómo debería ser la bandera argentina del siglo XXI, poemas delirantes basados en personajes secundarios de pinturas clásicas, una canción sobre la mítica carta enviada por Dorrego horas antes de ser fusilado, tatuajes que representan la conquista del desierto, afiches inspirados en aquella máquina fallida para matar a Rosas y talleres donde aprender desde serigrafía o dibujo hasta videojuegos: siempre con la historia argentina como disparador. Estas son algunas de las propuestas que forman parte de MUSEOS MUTANTES -episodio I-, un evento organizado por la Dirección Nacional de Museos del Ministerio de Cultura de la Nación que explora la potencialidad de los museos como propulsores de inspiración, diálogos y nuevos sentidos.
El primer encuentro se realizará el sábado 19/11 de 16 a 21 hs en el Cabildo (Bolívar 65, CABA). Ese día, las cuatro fachadas exteriores del edificio serán intervenidas por una muestra curada por Laura Varsky donde emblemáticos diseñadores gráficos argentinos (Alejandro Ros, Dr. Alderete, Christian Montenegro, Juan Pablo Cambariere, Ral Veroni y Julieta Ulanovsky, entre otros) imaginan banderas argentinas alternativas; también habrá una exhibición de tatuajes realizados ad hoc para el evento y una estación donde el público podrá llevarse sobre la piel tatuajes temporarios con figuras inspiradas en distintos motivos de la identidad nacional; conciertos de Julieta Brotsky (Julieta y Los Espíritus) y Javier Casalla (Bajofondo) para presentar las canciones inspiradas en el Museo; lecturas performáticas a cargo de los escritores Ral Veroni, Oscar Fariña y Gabriel Barsky; talleres de serigrafía y videojuegos históricos. También se podrá ver una muestra curada por Catalina Bartolomé que mezcla a los grandes maestros de la fotografía argentina del siglo XIX con jóvenes fotógrafos actuales en una proyección videoclipera con música en vivo por Violeta Castillo y palabras del historiador Javier Trimboli.